Los Reyes de España regresarán a media tarde de hoy a Madrid, después de su viaje a Irán, China e Irak, país éste a donde llegaron ayer por la mañana. La jornada de ayer tuvo como principal acontecimiento la entrevista que por la tarde celebraron don Juan Carlos y el presidente de la República de Irak, Ahmad Hassan Al-Bakr, y por las dificultades e incluso malos tratos sufridos por los periodistas españoles, que ni siquiera pudieron presenciar la recepción de los Reyes en el aeropuerto.

El avión real tomó tierra en el aeropuerto de Bagdad a las ocho de la mañana, hora de Irak, seis de la mañana en España, después de una larga escala en la ciudad paquistaní de Karachi, para hacer tiempo y poder llegar a Bagdad a la hora prevista.El avión en que viajaban los informadores españoles que siguen el viaje aterrizó en Irak dos horas antes que el de los Reyes, pero cuatro horas después del aterrizaje no habían terminado de retirar los equipajes, sin ayuda alguna del personal del aeropuerto. Fuerzas de seguridad iraquíes trataron de malos modos a los periodistas españoles e, incluso, a uno de ellos le arrebataron la cámara fotográfica que llevaba y le velaron un rollo de película.

Por estos contratiempos, los informadores españoles no pudieron presenciar la llegada de los Reyes, de cuya certeza se pudo saber únicamente a través de la agencia de noticias iraquí.

En el aeropuerto esperaba a los Reyes el presidente de la República, quien después de recibir a don Juan Carlos, subió junto a él a un podio, desde el que escucharon el himno nacional iraquí y una versión irreconocible del español.

Exclusión de la Reina

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Mientras tanto, discretamente, desde la misma escalerilla del avión, la presidenta de la Federación de Mujeres Iraquíes Manal Allusi, se llevó a doña Sofía, que continuó separada de casi todo el resto del programa oficial.

No obstante, el presidente de la República saludó a la Reina de España en la residencia real -gesto insólito en las costumbres de este país-, y posteriormente asistió a un desfile de modas en que fue permitido tomar fotografías de las mujeres por primera vez en la historia de Irak.

El Rey, por su parte, mantuvo una conversación política con el presidente iraquí, seguida de una cena. Se cree que la representación española, presidida por don Juan Carlos, planteó la posibilidad de, que el Gobierno iraquí preste especial atención a una probable oferta inversora del empresariado español. El ininistro de Información de Irak señaló a los informadores que es necesario que las empresas españolas sean más precisas en sus posiciones, y que su Gobierno no concede trato preferencial a nadie.

Asimismo insistió en el reconocimiento de la españolidad de las Canarias, además de pedir disculpas a los periodistas españoles por los incidentes ocurridos en el aeropuerto.