VIERNES 16- 7- 93 INTERNACIONAL III Cumbre Iberoamericana A BC 31 González: Esnecesario un impulso ético para dar ejemplo a nuestros ciudadanos La identidad cultural es un factor de integración, no de exclusión Salvador de Bahía. L. A. J. O. enviados especiales El presidente del Gobierno, Felipe González, intervino ayer en la tercera sesión de la Cumbre Iberoamericana, en el decimoséptimo lugar, tras Ecuador y antes de Guatemala. González fue introducido por las siguientes palabras de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos: Quiero transmitirles un saludo muy cordial del pueblo español, en cuya memoria ha quedado el grato recuerdo de nuestra presencia el año pasado en nuestro país Es una gran satisfacción el encontrarnos hoy aquí, -siguió Don Juan Carlos- cumpliendo puntualmente la cita que nos dimos en Madrid. Ello es prueba de que hemos logrado dar a este foro la continuidad que, a la postre, va a garantizar su permanencia y su vitalidad Brasil nos brinda hoy la oportunidad- añadió Su Majestad el Rey- de debatir cuestiones de gran actualidad y de importancia significativa para el futuro de nuestros pueblos. El desarrollo social es un derecho individual y una obligación colectiva. Felipe González Cuenten siempre con el compromiso solidario de España. Para exponerlo de una manerta explícita cedo la palabra al presidente del Gobierno español Los aspectos más destacados del discurso de Felipe González fueron los siguientes: Quisiera unirme a las palabras de agradecimiento de Su Majestad el Rey por la generosa hospitalidad de Brasil que ha hecho posible que nos volvamos a encontrar en esta histórica ciudad de Salvador de Bahía. Desde la reunión en Madrid, hace un año, se han producido algunos cambios en la máxima representación de nuestro países. Me parece oportuno subrayar que estos cambios, cualquiera que sea su causa, se han llevado a cabo de conformidad con el baremo exigible de respeto a la legalidad constitucional de las instituciones democráticas. Sabemos bien que la democracia, una vez ganada, no está asegurada, sino que se consolida paso a paso, año tras año. En los últimos meses, hemos visto como en distintos lugares del mundo, incluido el pleno corazón de Europa, se producían retrocesos graves en la convivencia, en la tolerancia y el respeto a los derechos más elementales. Estos hechos nos llevan a hacer un reflexión: las libertades nó se consiguen de una vez por todas, sino que es necesario estar vigilantes porque ningún país está inmunizado contra la reaparición de actitudes excluyentes e intolerantes. Por ello, valoramos más, sí cabe, la creación de este foro en el que la identidad cultural juega como factor de integración y no de exclusión. La Conferencia Iberoamericana nace precisamente de la conciencia de compartir valores comunes de insistir en lo que nos une por encima de lo que nos separa, de abrir, sobre todo, un nuevo espacio de concertación política Desde esta perspetiva, nuestro objetivo para el año 2000 debería ser una comunidad iberoamericana en la que el diálogo y la reconciliación creen las condiciones necesarias para el restablecimiento pleno de los derechos personales y colectivos del individuo, que deben poder expresar pacíficamente sus opiniones sin que exista el peligro de sufrir cárcel, persecución o exilio. En esta convocatoria, Brasil ha elegido como tema central para nuestras discusiones los desafíos que plantea el desarrollo. Sobre esta cuestión quisiera aportar algunas reflexiones Es necesario un impulso ético que ha de partir de nosotros mismos, como responsables políticos para dar ejemplo a nuestros ciudadanos. Hemos de trabajar al servicio de nuestras ciudades con espíritu desinteresado, con total transparencia, transmitiendo al pueblo, a la gente, la esencia misma del mensaje político: la solidaridad. Se han de exlucir las soluciones mágicas basadas en la superioridad de unos sobre otros o en la fuerza de las armas. Mejoremos pues, el funcionamiento de la democracia, pero no pensemos nunca que excluyéndola, limitándola o suspendiéndola tienen mejor remedio nuestros males. Amplia ronda de entrevistas del Rey y el jefe de Gobierno Salvador. J. O. e. e. La llegada de SS. MM. los Reyes y del presidente del Gobierno, Felipe González, al aeropuerto y capital de Salvador, se efectuó con arreglo al programa previsto. Don Juan Carlos y Doña Sofía viajaron en avión desde Madrid, en unión del jefe de la Casa Real, Fernando Almansa; del secretario general, Rafael Spottorno; jefe del Cuarto Militar, almirante Poole, y de los comisarios de la Comunidad Europea, Abel Matutes y Manuel Marín. Tras ser cumplimentados por el embajador de España, Carlos Blasco, los Reyes se dirigieron al hotel Othon Palace, en uno de los lugares más céntricos de la ciudad, donde fueron recibidos cordialmente por numerosos ciudadanos de la capital de Bahía y miembros de la colectividad española, que aplaudieron con entusiasmo a los soberanos. Al entrar en el hall del hotel, en el que también se hallaban la totalidad de los enviados especiales españoles y gran número de fotógrafos y cámaras de televisión, así como un conjunto musical típico de Bahía, Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron saludados por el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Inocencio Arias, que estuvo a punto de tener que soportar el rigor de las medidas de seguridad por parte de las autoridades brasileñas, y del que fue rescatado con todo cariño por el propio Rey en persona, en el momento en que éste hacía su entrada en el edificio. Con anterioridad a la llegada de SS. MM. lo hicieron también el presidente del Gobierno, Felipe González, y su esposa, Carmen Romero, a los que acompañaba el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana. El presidente del Gobierno, que también se hospeda en el Othon Palace, fue recibido con aplausos a su llegada e hizo unas fugaces declaraciones a los periodistas que aguardaban. Una hora después lo haría, entre gran expectación y grandes medidas de seguridad, el dictador Fidel Castro, presidente de Cuba. También se hospedan en el mismo hotel los jefes de Estado de Colombia y Paraguay, César Gaviria y el general Andrés Rodríguez. Horas antes del comienzo de la sesión inaugural de la III Cumbre Iberoamericana, tanto los Reyes como Felipe González recibieron en audiencia a diversas personalidades. Don Juan Carlos se entrevistó con el primado del Brasil, cardenal- arzobispo de Salvador, monseñor Lucas Moreira Neves, y los presidentes de Portugal y Nicaragua, Mario Soares y Violeta Chamorro. Doña Sofía, por su parte, recibiría a la prefecta de la ciudad, Lidia da Mata. El presidente del Gobierno español se entrevistó con los presidentes de México, Colombia y Honduras, Carlos Salinas de Gortari, César Gaviria y Rafael Leonardo Callejas, respectivamente. Los Reyes y el jefe del Gobierno asistirían a la recepción en honor de la colectividad española. Mientras la Conferencia ha entrado en su fase decisiva y los cancilleres y ministros de Asuntos Exteriores analizan y redactan los documentos de trabajo para su aprobación definitiva por los jefes de Estado y de Gobierno, se, sabe, entre otras cosas, que la Policía de Salvador ha detenido a más de ciert personas en veinticuatro horas. Creación de empleo En relación con la cuestión social, la creación de empleo se convierte en la más efectiva de las políticas sociales. Hemos aprendido que para ello, el crecimiento es una condición necesario, pero no suficiente. El desempleo, plantea serios problemas estructurales como la protección del medio ambiente. En el centro, hoy como ayer, permanece el ser humano, sujeto indiscutible de toda política de desarrollo. El derecho al desarrolo, entendido como un derecho humano, implica que todas la mujeres y hombres tienen la facultad de participar, en libertad, en un desarrollo económico, social, cultural y político. Un desarrollo pleno, en definitiva, es la suma total de la vida humana. La Comunidad Iberoamericana ha de alcanzar un consenso interno sobre su propio proceso de desarrollo y las formas de cooperación qué le son más adecuadas. España, en su doble vertiente de país miembro de la Comunidad Europea y de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, se ofrece una vez más, a trasladar con fuerza a Europa esta visión de futuro. Es verdad que la crisis económica internacional golpea también a los países iberoamericanos, en el momento en que muchos inician el despegue económico sobre una sólida base política.