Primero fue un llamado del rey Juan Carlos de España. Después, una gestión del empresario Santiago Soldati reforzó el pedido. A los pocos días, Carlos Menem cumplió con el rey y el amigo argentino del monarca: Roque Fernández hizo lugar en su agenda y atendió a los petroleros de Repsol.Pasaron cuatro meses desde el encuentro. Recién ahora, quienes conocieron las charlas admiten que los españoles de Repsol están interesados en comprar una parte de YPF.Lo que está en venta es el 20,3% de las acciones estatales en la petrolera local. Cuando esa liquidación se concrete, el 94,9% de YPF tendrá dueño privado.Hasta la sugerencia de Repsol, las acciones que están en la vidriera tenían destinatarios fijos: inversores chicos y fondos de pensión para que ningún grupo tuviera una posición predominante. Se utilizaría el mismo mecanismo, llamado book building, de las dos colocaciones anteriores. La de la privatización y la venta del 10% de las acciones que tenían los trabajadores.Paquete grandeEl proyecto de Repsol escapa de ese molde, según quienes fueron consultados por esa compañía sobre la viabilidad legal de una operación de mayor porte. Los españoles, al comando de Alfonso Cortinas, pensaron en la compra del 15% del paquete. Dejarían afuera sólo el 5% de la propiedad que aún mantiene el Estado.Aunque tiene un staff reconocido de abogados, Repsol consultó al ex ministro Roberto Dromi sobre el estatuto social de YPF y la viabilidad de tamaña compra.Incluso, petroleros con acceso a algunas de las empresas que Repsol ya compró en la Argentina, funcionarios y fuentes vinculadas con la central del grupo español contaron -con reserva de sus nombres- que la visita a Dromi fue sugerida desde el Gobierno. Los interesados lo habrían leído como un guiño político.Roque escuchó a los empresarios. Pero habría omitido juicio sobre las aspiraciones españolas de quedarse con la firma que factura 6.000 millones de dólares y está al tope de las exportaciones argentinas. Los contactos habrían seguido con videoconferencias entre la gente de Economía y el pope de Repsol, Cortinas.Enterado de la avanzada, el titular de YPF, Roberto Monti, habría recordado: No me metan en política; el que define la venta es el Gobierno. Ya di mi opinión y la de los accionistas, que es mantener la propiedad de YPF en muchas manos.En la última asamblea, Monti tomó precauciones. Blanqueó un trueque en el estatuto de la petrolera. Si las acciones estatales se colocaban en las bolsas de valores, el Estado mantendría un director en el elenco de doce miembros y un simbólico pie en la empresa: mil acciones sobre los 353 millones que componen el capital.La regla es que la silla de director sólo pertenece al accionista con, al menos, 5% de la propiedad. Las provincias tenían un director pero perdieron el puesto cuando canjearon por plata los papeles de la petrolera. Los trabajadores vendieron su parte y dejaron otro lugar libre, aunque el dirigente sindical Juan Carlos Crespi representa al Estado en el directorio. Comparte esa categoría laboral con Italo Luder.El cambio en el estatuto y las primeras entrevistas de Repsol sucedieron en abril.En YPF evalúan ahora las chances de la operación pensada por Repsol. La compra del 15 o 16% de YPF llegaría con un pago extra: 25% más sobre el monto de ingresos esperado por el Gobierno. Según los precios de la acción, la recaudación sería de 2.100 millones de dólares a valores de mercado. Por el plus entrarían 525 millones de dólares.En el mundo, por compras de ese porte, se paga mucho más que el 25%, contaron desde los despachos de la petrolera al comando de Monti. En la línea gerencial especulan con el poder efectivo que le daría a Repsol el 15 o 16% de YPF. En la última asamblea se resolvió que el directorio se reúna una vez cada dos meses y no mes a mes, como antes, señalan sobre el margen de maniobra que tendrían 3 directores de bandera española.Economía toma precauciones antes de ratificar, o no, cuál será el mecanismo de venta. La semana pasada un decreto garantizó que los dividendos equivalentes al margen de acciones por privatizar sean cobrados por el Estado. Son unos 60 millones de dólares al año. Pero el ingreso por la venta está fijado por ley: tiene que engrosar un fondo fiduciario de desarrollo provincial.Otros interesadosEn un mercado petrolero de pocos y que se conocen, comenzaron a correr otros nombres. Habría más compañías con ganas de ofertar por tanto o más que Repsol. Por eso, desde YPF descreen de una adjudicación directa. Si se entrega el paquete en danza a una petrolera competidora, el Gobierno tendrá que llamar a remate y dejar de lado el ofrecimiento en las bolsas de valores. Hasta especulan con una privatización por tramos: mitad para una petrolera y mitad para distribuir entre pequeños inversores.Otros empresarios desconfían del interés de Repsol en YPF. Aseguran que la verdadera apuesta de los españoles es asociarse con otra firma de menor peso en el ranking petrolero. Y contabilizan tanteos sobre un eventual acuerdo con dos firmas de las grandes.