ENVIADO ESPECIAL»No asusta tanto un grito a favor de la Monarquía como de la República, pero nada será una sorpresa», advierten fuentes españolas de Exteriores respecto al viaje a Grecia que los Reyes inician mañana. El debate en Atenas es tenso y hay sectores que insisten en el contencioso con el ex rey Constantino y en que doña Sofía, su hermana, es una princesa griega. Los dos Gobiernos han trabajado duro para limar asperezas y que todo se reduzca a una mera visita de Estado – aunque con connotaciones «muy personales»- que normalice las relaciones entre los dos países.

La última vez que los Reyes visitaron Atenas fue en febrero de 1981. Pero tan sólo se les permitió estar seis horas, las justas para asistir a las honras fúnebres de la madre de la reina, Federica de Grecia, cuyo cadáver permaneció en Madrid seis días porque el presidente griego, Constantino Karamanlís, temía que su regreso a Grecia se convirtiese en un acto de exaltación de la familia real. Doña Sofía y su hermano, el ex rey Constantino, fueron tratados entonces como enemigos políticos. Éste fue acusado en su día de apoyar a la dictadura de los coroneles y se vio forzado al exilio en 1967. En 1973, tras la caída de la Junta Militar, los griegos votaron por la República.El Gobierno de Atenas ha tratado ahora de centrar esta visita en don Juan Carlos. Pero, pese a ello, la opinión pública se hace preguntas como: Doña Sofía, ¿reina de España o princesa de Grecia? Como princesa, ¿sacará a relucir las reivindicaciones de su hermano?, ¿mantendrá contactos con los monárquicos, que buscan la vuelta de Constantino o de su hijo, Pablo?, ¿representará un balón de oxígeno para la causa monárquica?

Los monárquicos no son muchos, pero suman el 12% en el principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, y están esparcidos en otras formaciones. Además, las reclamaciones de Constantino se han renovado tras su recurso al Tribunal de Estrasburgo para reclamar al Gobierno griego que le devuelva su pasaporte -le fue retirado por Andreas Papandreu en 1994- y los bienes expropiados, entre ellos el palacio de Tatoi.

Dado el ambiente, no fue de extrañar que la visita prevista en 1991 fracasara debido a «una serie de chapuzas» del Gobierno de Atenas, como reconoce una fuente de su embajada en Madrid. Levantó «recelos y suspicacias», indica un portavoz español de Exteriores, según el cual se planteaban situaciones intolerables para doña Sofía. Así, Madrid la canceló por su carácter «semiclandestino».

Grecia es el único país de la UE al que los Reyes no han ido hasta ahora en visita de Estado. La que inician mañana, de cinco días, fue convenida por los dos países porque ya no existen impedimentos de ningún tipo por parte de Atenas. No obstante, las fuentes diplomáticas consultadas no las tienen todas consigo. «Esperamos que las cosas discurran por los cauces debidos y que no haya asuntos colaterales en algunos sectores griegos», confiesa un portavoz español mientras que otro griego abunda: «No podemos prohibir que alguien dé vivas a la Reina o grite contra la Monarquía, pero siempre dentro de las normas de hospitalidad».

Los Reyes se hospedarán en Atenas en el hotel Gran Bretaña, como todos los jefes de Estado. Además de las políticas y culturales, el viaje tendrá connotaciones personales y privadas.

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En el primer aspecto, visitarán el Parlamento, donde se reunirán con los representantes de los partidos, y el Ayuntamiento, donde recibirán las llaves de la ciudad, además de inaugurar en el Museo Arqueológico la exposición Los griegos en España: tras la huella de Hércules. También irán a Salónica, capital de Macedonia, y a la mítica Olimpia.

El segundo estará marcado por la visita al palacio de Tatoi, donde están enterrados los padres de la Reina. Doña Sofía también irá a la Escuela de Enfermeras y Puericultura de Miteras, donde estudió y trabajó.

Los Reyes van acompañados del ministro de Exteriores, Abel Matutes, que tratará con su homólogo de las relaciones Grecia-Turquía y su repercusión en la OTAN; de la situación en la antigua Yugoslavia – en particular, del polvorín de Kosovo- y del conflicto de Oriente Próximo.