Los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, iniciaron ayer en Yaundé una visita oficial de tres días a la República de Camerún, país centroafricano vecino de Guinea Ecuatorial y con serias influencias en el seno de la Organización para la Unidad Africana (OUA) donde se debaten cuestiones de alto interés para España, como lo han demostrado las recientes discusiones sobre las islas Canarias, el Sahara y el futuro de Ceuta y Melilla.

No son resultados concretos e inmediatos lo que España desea obtener de la visita a Camerún de los Reyes de España, que fueron acogidos, en la tarde de ayer, por centenares de personas que inundaron las calles de la capital política de este país, aclamando a los Reyes y a su presidente, Ahmadou Ahidjo. Por el contrario, el Gobierno de Madrid desea prolongar con una más estrecha relación bilateral con Camerún su proyección africana y conseguir de las autoridades de este país el reconocimiento definitivo y el apoyo político y económico al nuevo régimen de Guinea Ecuatorial que preside Teodoro Obiang, con el apoyo de España. Asimismo, la visita de los Reyes a Yaundé puede proporcionar a la Península Ibérica un apreciable apoyo en las discusiones de la OUA que afectan a los intereses hispanos, de la misma manera que Madrid sostiene y podría reforzar (desde el Consejo de Seguridad de la ONU) muchas de las posiciones africanas y del Camerún en la esfera internacional, como la lucha contra el apartheid en Suráfrica y la búsqueda de una solución del problema de Namibia.En este entorno político se inscribe el viaje de los Reyes a Camerún, nación que, por otra parte, tiene amplias posibilidades de convertirse pronto en una nación productora y exportadora de petróleo y de gas, amén de otras materias primas que, como la madera y otros minerales, constituyen ya parte destacada de su balanza comercial. Todo ello convierte este desplazamiento -que será seguido con interés por Francia, país qué ostenta el liderazgo en las relaciones exteriores de Camerún y que disputa a España una buena bolsa de petróleo del golfo de Guinea- en una operación política con perspectivas de resultados.

La unidad nacional

La principal característica de Camerún está en su larga marcha en pos de la unidad nacional, forjada por una dura guerra civil y una posterior represión política (que llevó al exilio o a la muerte a los líderes de la izquierda nacionalista o de las distintas minorias, que suman cerca de 180 grupos étnicos diferentes), hoy diluida bajo el liderazgo indiscutido del presidente Ahidjo, uno de los santones del Africa negra, bien relacionado con Europa por París y persona que ha instaurado en estas latitudes ricas en recursos un sistema políticoeconómico que ellos denominan como «liberal planificado» donde el Estado controla un altísimo porcentaje de la iniciativa industrial.La unidad nacional es la constante de este país, y así lo destacó el Rey Juan Carlos en el discurso oficial que pronunció en la noche de ayer y en el que recordó que este es también un tema capital de España, recordanda que las características propias de los pueblos de España, sus lenguas y sus tradiciones, reciben hoy respeto y garantía en el marco de la Constitución.

El Rey, en sus palabras, agradeciendo la masiva y cariñosa acogida del pueblo camerunés y de su Gobierno, recordó la posición de España en el mundo de la siguiente manera: «La posición de España en el escenario internacional no puede entenderse si se olvida su triple proyección europea, africana y americana, determinada por una realidad geográfica que ha hecho de mi país encrucijada secular de culturas, puente natural entre Europa y Africa, umbral del Mediterráneo y con una vocación atlántica (con minúscula) que, tras una secular y fructífera convivencia con el continente americano, cobra hoy toda su dimensión en los fraternos lazos que nos integran en la comunidad iberoamericana». Estas frases del discurso real encierran una definición de los parámetros de la política exterior española, que muy bien podrían asumir, (con sus diferentes intensidades en los distintos temas) la mayoría de las fuerzas políticas representadas en el Parlamento.

El discurso del Monarca se centró más adelante en la dimensión africana de España e hizo alusión expresa en él de Guinea Ecuatorial, subrayando los beneficios que se desprenderán de una intensa cooperación de los países del golfo guineano. Asimismo, el Monarca aludió a su preocupación por los problemas del continente negro, haciendo hincapié en la cuestión del apartheid, tema que fue objeto de iniciativas políticas del presidente de Camerún. Por último, el Rey subrayó la voluntad de España de no injerirse en los asuntos internos de otros Estados, alusión a Guinea Ecuatorial y a otras zonas del norte de Africa.

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Con estas palabras, el Rey ha dejado en claro la filosofía del viaje tripartito que ayer, inició en Yaundé. Una gira en la que los Reyes han tomado ya contacto con españoles residentes en estas latitudes, como ocurrió en la recepción que don Juan Carlos ofreció ayer tarde en la Embajada de España y a la que acudieron unas doscientas personas, casi todas ellas misioneros o religiosas españolas asentadas a lo largo y ancho de este país, donde difunden la religión católica y la lengua y cultura españolas. Un buen ejemplo de ello quizá lo sea el hecho de que más de 12.000 personas estudian el español en Camerún. Hoy el Rey iniciará conversaciones políticas y visitará la zona de Ngaundere, donde asistirá a una demostración folklórica en compañía de la Reina y séquito.