El Rey Juan Carlos de España, en un gesto sin precedentes, ha abandonado hoy el Plenario de la XVII Cumbre Iberoamericana, en protesta por los ataques al ex presidente del Gobierno José María Aznar y a su país.

Las descalificaciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al ex-presidente del gobierno español, Jose María Aznar, provocaron una respuesta del presidente Jose Luis Rodríguez Zapatero, en la que le recordó que «en una mesa en la que hay gobiernos democráticos, se tiene como principios esenciales el respeto».

«Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica y no seré yo quien esté cerca de las ideas de Aznar, pero fue elegido por los españoles y exijo ese respeto», ha dicho Zapatero mientras Chávez intentaba interrumpirle defendiendo su derecho a opinar libremente. En ese momento Juan Carlos I le espetó a Chávez: «¿Por qué no te callas?», mientras le señalaba con el dedo, momentos después ha abandonado la sala.

Abandona la sala

Don Juan Carlos tomó esta decisión para mostrar el «desagrado de la delegación española», de acuerdo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez- Zapatero, que se quedó en la sesión por si era necesario responder a nuevas acusaciones.

El Rey, después de permanecer durante unos minutos en una sala adyacente al plenario, optó por regresar para asistir a la ceremonia de clausura de la Cumbre, a petición de la anfitriona, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, que fue expresamente a buscarle.

Apoyos a Chávez

En la polémica también intervino el nicaraguense, Daniel Ortega, en apoyo de las tesis de Chávez y, que a su vez criticó la actuación en su país de la empresa eléctrica española Unión Fenosa.

En la Cumbre se aprobó la «Declaración de Santiago» y un Plan de Acción, que incluye medidas destinadas a mejorar la cohesión social, lema del encuentro.

También se aprobaron una serie de comunicados especiales sobre la lucha contra el terrorismo y la corrupción, la reclamación por Argentina de la soberanía en las Islas Malvinas, el rechazo del bloqueo de Estados Unidos a Cuba y la cooperación para el desarrollo con países de renta media.

Los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron también a poner en marcha un Convenio Multilateral de Seguridad Social, con el se podrán beneficiar seis millones de inmigrantes latinoamericanos.