El Rey en la Casa Blanca

Actualizado: 18/02/2010 Guardar Enviar noticia por correo electrónico Tu nombre * Tu correo electrónico * Su correo electrónico *

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LA visita oficial a Washington de Su Majestad el Rey para celebrar una entrevista con Barack Obama es fiel reflejo del prestigio internacional de Don Juan Carlos y de su defensa del interés general de España al margen de las coyunturas políticas. Se trata del primer jefe de Estado europeo recibido en la Casa Blanca por el actual presidente de los Estados Unidos, que cumple así un compromiso que tuvo que aplazar hace dos meses por razones de agenda. De acuerdo con la Constitución, el Rey es el más alto representante de España en las relaciones internacionales. Se reconoce de forma unánime que Don Juan Carlos es nuestro mejor embajador, y así lo demuestra esta visita breve, pero cargada de contenido y significación, que se ha desarrollado de forma muy satisfactoria para ambas partes.

De este modo, se mantiene viva una larga tradición de relaciones amistosas entre el Rey de España y los presidentes de la gran potencia norteamericana, que más de una vez han permitido situar estas relaciones al más alto nivel y por encima de los errores de algunos mandatarios, incluida la falta de respeto del entonces jefe de la oposición a la bandera de los Estados Unidos.

A pesar de su entusiasmo desbordante hacia el líder americano, Rodríguez Zapatero apenas ha conseguido mantener alguna reunión de trámite con Obama, incluida la invitación reciente al Desayuno de Oración sin ninguna consecuencia política significativa. La falsa asistencia del titular de la Casa Blanca en la nunca confirmada cumbre de Madrid entre Estados Unidos y la Unión Europea altera la estrategia de Zapatero de presentarse como una especie de «alter ego» europeo del presidente Obama. Don Juan Carlos ha transmitido en Washington la invitación oficial para una visita a España. Es posible que por esta vía pueda satisfacerse el legítimo interés de nuestro país en actuar como anfitrión del gobernante más poderoso del mundo. El Rey es símbolo de la unidad y permanencia del Estado y -una vez más- ha situado la imagen de España en el mundo en el lugar que le corresponde, al servicio del interés nacional que nunca debe confundirse con posibles maniobras al servicio de la propaganda partidista.