EFE

El Rey pasa la jornada de huelga general en Mostar (Bosnia y Herzegovina), donde realiza un viaje oficial para inaugurar la rehabilitada Plaza de España, muestra del reconocimiento de la ciudad a los 18 años de presencia de los militares españoles en ese país.

El jefe del Estado es el único miembro de la Familia Real que tiene programada una actividad oficial el día de la huelga general. El Príncipe, no obstante, trabajará en su despacho como cualquier otra jornada en la que no tiene actos de agenda pública, han explicado fuentes del Palacio de la Zarzuela.

Don Juan Carlos viaja a Mostar acompañado del ministro de Defensa, Pedro Morenés, el mismo año en que se cumplirá, en octubre, el vigésimo aniversario de la llegada de los primeros ‘cascos azules’ españoles con la misión de «facilitar el mantenimiento del alto el fuego entre croatas y serbios».

El presidente de Bosnia y Herzegovina, Bakir Izetbegovic, acompaña al Rey en el acto de descubrimiento de la placa conmemorativa que deja constancia de la visita de Don Juan Carlos, que no había vuelto a este país desde enero de 1998, cuando visitó a las tropas españolas el día de su 60 cumpleaños.

Tras el acto de inauguración, ambos jefes de Estado se han dirigido al Ayuntamiento para mantener una reunión bilateral y después se acercaron a ver el puente sobre el río Neretva, réplica exacta del célebre Puente Viejo (‘Stari Most’) del siglo XVI que fue destruido por la artillería croata en 1993 y que forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 2005.

El nuevo puente fue financiado por Croacia, Francia, Italia, Países Bajos y Turquía y sustituye al provisional que construyeron ingenieros militares españoles tras la voladura del original.

Tras la visita al puente, el presidente bosnio ha ofrecido un almuerzo a la delegación española, que tiene previsto regresar a Madrid sobre las 19.00 horas.

46.000 militares

Desde la llegada de los primeros ‘cascos azules’ españoles a Bosnia en 1992, más de 46.000 miembros de nuestras Fuerzas Armadas han formado parte de las sucesivas operaciones que la ONU, la OTAN y la UE han desplegado en la zona para proteger a la población, aplicar los Acuerdos de Dayton para la estabilización del país balcánico, reconstruir las infraestructuras y restablecer el funcionamiento de las instituciones.

Durante todos estos años, la ciudad de Mostar ha permanecido dentro del área de responsabilidad de los militares españoles y se ha convertido en un símbolo de la presencia y el apoyo de España a Bosnia y Herzegovina.

Muestra del reconocimiento de su población a los españoles fue precisamente el cambio de denominación de una céntrica plaza -hoy la Plaza de España- situada junto al bulevar que separa los lados croata y bosnio de Mostar, erigido en línea de confrontación durante los años de la guerra.

En 1995, las autoridades de ambos lados del municipio decidieron de mutuo acuerdo cambiar el nombre de esa plaza, en la que un año antes habían tenido lugar las primeras reuniones entre los habitantes de las dos divisiones de Mostar, bajo vigilancia de las tropas españolas, y desde entonces se denomina ‘Plaza España’.

En esta plaza, la única en Bosnia y Herzegovina dedicada a un país que participó en las misiones de pacificación, se encuentra también la antigua biblioteca de la localidad, rehabilitada con fondos de la cooperación española, y un monolito que recuerda a los 21 militares españoles y al intérprete croata que murieron durante la misión.

Y en sus proximidades está el conocido nuevo puente Mostar, réplica exacta del célebre Puente Viejo (‘Stari Most’), destruido por la artillería croata en 1993, y que se ha convertido en un símbolo de reconciliación y de la cicatrización de las heridas de la guerra civil. Este puente, financiado por Croacia, Francia, Italia, Países Bajos y Turquía, sustituyó al puente provisional construido por ingenieros militares españoles.

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