El rey Juan Carlos pasa la jornada de huelga general del 29-M en Bosnia y Herzegovina, a donde ha llegado en viaje oficial para inaugurar la rehabilitada Plaza de España, muestra del reconocimiento de la ciudad a los 18 años de presencia de los militares españoles en ese país.

El jefe del Estado es el único miembro de la Familia Real que tiene programada una actividad oficial el día de la huelga general. El príncipe Felipe, no obstante, trabajará en su despacho como cualquier otra jornada en la que no tiene actos de agenda pública, han explicado fuentes del Palacio de la Zarzuela.

Don Juan Carlos viaja a Mostar acompañado del ministro de Defensa, Pedro Morenés, el mismo año en que se cumplirá, en octubre, el vigésimo aniversario de la llegada de los primeros cascos azules españoles con la misión de «facilitar el mantenimiento del alto el fuego entre croatas y serbios».

«Sacrificio desinteresado»

Durante la inauguración de la plaza, el alcalde de Mostar, Ljubo Beslic, agradeció al rey de España el «sacrificio desinteresado» con el que los militares españoles han garantizado la paz en Bosnia durante veinte años y subrayó que el rehabilitado enclave seguirá siendo el lugar de encuentro entre todos los habitantes de esta ciudad.

Junto al presidente de turno de Bosnia-Herzegovina, Bakir Izetbegovic, el rey pasó revista a las tropas bosnias que le rindieron honores y, tras la interpretación de los himnos nacionales de los dos países, depositó una corona de rosas blancas en el nuevo monolito que rinde homenaje a los 23 españoles que perdieron la vida en el cumplimiento de su misión.

En 1994, las Fuerzas Armadas españolas instalaron en esta plaza tiendas de campaña que hicieron posible el primer lugar donde, con la protección de los soldados, habitantes croatas y musulmanes bosnios, procedentes de ambos lados del frente, pudieran reunirse.

Desde allí, el rey se acercó a contemplar el aspecto actual del llamado Puente Viejo, símbolo de reconciliación de la ciudad, destruido en 1993 por la artillería croata y reconstruido con sus propios escombros, rescatados del río Neretva.

Los bañistas y el rey

Hoy día es el centro de la actividad turística de Mostar y, desde el punto más alto del puente, jóvenes nadadores acostumbran a arrojarse a las frías aguas del Neretva a cambio de algunos euros, como los seis bañistas que se acercaron a fotografiarse junto a don Juan Carlos.

La visita del rey concluyó tras mantener una entrevista con el presidente Izetbegovic, quien ofreció además un almuerzo en su honor, al que asistieron el primer ministro de Bosnia-Herzegovina, el nacionalista croata Vjekoslav Bevanda, y el titular de Defensa, Mohamed Ibrahimovic.

46.000 soldados españoles

Desde la llegada de los primeros cascos azules españoles a Bosnia en 1992, más de 46.000 miembros de nuestras Fuerzas Armadas han formado parte de las sucesivas operaciones que la ONU, la OTAN y la UE han desplegado en la zona para proteger a la población, aplicar los Acuerdos de Dayton para la estabilización del país balcánico, reconstruir las infraestructuras y restablecer el funcionamiento de las instituciones.

Durante todos estos años, la ciudad de Mostar ha permanecido dentro del área de responsabilidad de los militares españoles y se ha convertido en un símbolo de la presencia y el apoyo de España a Bosnia y Herzegovina.

Muestra del reconocimiento de su población a los españoles fue precisamente el cambio de denominación de una céntrica plaza (hoy la Plaza de España) situada junto al bulevar que separa los lados croata y bosnio de Mostar, erigido en línea de confrontación durante los años de la guerra.