Rabat, 16 jul.- El Rey Juan Carlos I hizo hoy hincapié en Rabat en el «ejemplo muy valioso de apertura y estabilidad» que representa Marruecos gracias a las reformas promovidas por Mohamed VI y destacó las oportunidades que se abren entre España y el país del Magreb para «crear juntos un espacio de prosperidad compartida».

El monarca español hizo estas reflexiones en la apertura de un foro empresarial hispano-marroquí, en el que apostó por «estrechar mucho más los vínculos comerciales» entre España y Marruecos e hizo gala de los méritos de las multinacionales españolas, su experiencia y éxitos en sus inversiones en el exterior.

«Tenemos ante nosotros la posibilidad de generar crecimiento y empleo si sabemos aprovechar el potencial de nuestra asociación estratégica, afrontando los desafíos, reforzando nuestro diálogo en el ámbito económico y dando respuesta a las oportunidades que la globalización ofrece», declaró el monarca.

Entre el auditorio, además de los cinco ministros españoles y nueve exministros de Asuntos Exteriores que le acompañan en su viaje a Marruecos de cuatro días, se encontraban 27 directivos de empresas españolas y los empresarios más representativos del país vecino, del que España se convirtió el año pasado en primer socio comercial.

El Rey Juan Carlos pidió a los empresarios marroquíes y españoles que contribuyan a fortalecer los vínculos que existen entre las dos naciones y sus proyectos comunes, hasta el punto de considerar que unos y otros tienen una «apuesta común» consistente en «aprovechar la oportunidad» que se les abre para el futuro.

En este sentido, recordó que el anfitrión de su visita, el rey Mohamed VI, ya propuso en el Discurso del Trono del año pasado «estrechar» más las relaciones económicas, unas palabras con las que ha confesado sentirse «plenamente identificado», sobre todo porque la crisis ha puesto a prueba «la resistencia» de las dos economías, obligando a sus gobiernos a adoptar medidas en un contexto difícil.

En este sentido, ha explicado que, bajo la orientación de su monarca, Marruecos ha diseñado «una clara visión de un desarrollo abierto hacia sus socios internacionales» y ha asegurado que España quiere «seguir destacando» entre ellos.

«Debemos saber aprovechar las complementariedades que existen entre nuestras economías y emprender juntos nuevos proyectos», ha señalado.

Según el Rey de España, «así podremos crear bases sólidas para impulsar la recuperación y el crecimiento y ello redundará en la generación de empleo y en un mayor bienestar para nuestros pueblos».

De las empresas españolas -ya hay 800 asentadas en Marruecos-, recordó que «son líderes mundiales» en sectores como las infraestructuras, el ferroviario, o el tratamiento de aguas, y dijo que aunque España ya es «socio tecnológico» de referencia en algunos ámbitos, «queremos ir más allá» acompañando a Marruecos «no sólo en su modernización, sino también en su proyección internacional».

El discurso, salpicado de mensajes en favor de la cooperación y la confianza mutua, incluyó también referencias a la situación institucional y política de Marruecos, cuya «apertura y estabilidad -apuntó- redundan de manera positiva en el contexto regional y en el de nuestras relaciones bilaterales».

Con la vista puesta en la próxima Reunión de Alto Nivel que se celebrará en otoño en España, precedida del II Foro Parlamentario Hispano-Marroquí, el Rey Juan Carlos enfatizó en la continuidad de unas amplias relaciones bilaterales, simbolizadas en la presencia en la sala de quienes fueron cancilleres españoles.

«En estos momentos de profundas transformaciones económicas, España y Marruecos son socios privilegiados, seguros de que en su historia y en su geografía compartidas están muchos de los activos necesarios para afrontar con confianza el futuro», enfatizó el Rey.

Para conseguirlo, los dos países tienen una «voluntad política compartida», reiteró, con Marruecos como «aliado estratégico» de la UE, con quien negocia un Acuerdo de Libre Comercio Global y Profundo que pronto «podría convertir a este Reino en el país con el que tengamos mayor grado de integración económica».

En su alocución el monarca español también agradeció a Mohamed VI que le hubiera invitado «en unas fechas tan señaladas por la devoción, la alegría y la solidaridad» como el mes del Ramadán.